21-12-2995: Destapando la corrupción
Las cuatro naves de la flota Sombra avanzan veloces por el espacio del Protectorado, cruzando sectores y esquivando el tráfico aéreo alrededor de sus puertas de salto. Han recibido información sobre la actividad de una escurridiza nave pirata a la que llevan tiempo siguiendo la pista. Los pilotos, que han despertado hace apenas una hora, van enérgicos y decididos a acabar de una vez por todas con la actividad criminal de dicho delincuente.
Liderando la flota se encuentra la Kioneer, la corbeta modelo Katana que el ascendido Teniente Kaibu Hariken recibió hace algo más de un mes por sus méritos junto con dos tripulantes más: la ingenieria Elena Chopra y el marine Jake Jones. Sin embargo, estos cambios han enrarecido el ambiente dentro de la nave. Aunque la corbeta es una nave mucho más grande y con más comodidades que el caza que pilotaba junto a Mailli Santiago y Yorimi Collins, la complicidad que existía entre los tres ha desaparecido por la presencia de los recién llegados. En estas semanas el Teniente ha hecho algunas preguntas para saber el trasfondo de estas incorporaciones. Al parecer, son personas que no se han integrado bien en equipos pasados, así que sospecha que alguien del alto mando ha querido jugársela mandando a ambos a la Flota Sombra.
Chopra no se ha mostrado en ningún momento cercana o amistosa, sino orgullosa y condescendiente. Se le huele la ambición en la distancia y, aunque eso hace que busque la excelencia en su desempeño, no duda en fastidiar sibilinamente a cualquier compañero o superior. Por lo que Kaibu ha descubierto, es la primogénita de un alto mando jubilado y degradado públicamente. Parece ser que el rencor por la humillación a su padre es el que alimenta la hostilidad generalizada hacia los demás.
Por otra parte, Jones es un soldado poco hablador y sociable, aunque se toma en serio sus responsabilidades. Sin embargo, sus pocos comentarios jocosos suelen ser oscuros y crueles, sin que el resto de integrantes de la Flota Sombra llegue a conectar con su humor. Kaibu se ha encontrado un muro de silencio al preguntar sobre su historial pasado. Pero algún rumor apunta a que procede algún cuerpo de fuerzas policiales terrestres y que ha sido desplazado varias veces de destino por su brutalidad en sus actos.
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Aproximación a la puerta de salto de Neptuno, todas las naves y sistemas preparados -señala la Capitana Santiago por radio, transmitiendo la orden a todas las naves. El rastro pirata les lleva hasta ese sistema fronterizo del Protectorado. Si esta vez logran contacto visual con el criminal, es posible que se establezca combate.
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Llevo preparada desde que salimos de Marte -replica Elena sentada a escasos metros de la Capitana. La mujer no ha soltado el condescendiente y superfluo comentario por radio, pero llega a los oídos de Kaibu, que hace pocos momentos se ha ubicado en silencio tras ellas sin que lo supieran. El Teniente decide callar por esta vez, pero es consciente de que esa actitud no cae bien en el resto de sus compañeros. La misma Elena lo sabe y no le importa. Kaibu hace por apartar esas preocupaciones de su mente ahora; es importante centrarse en la misión que tiene por delante.
En cuanto cruzan la puerta de salto y la Kioneer se detiene unos segundos para esperar al resto de la flota, Kaibu habla para pedir los mandos de la corbeta. La Capitana cede el asiento principal y se sienta a su lado sin decir nada. Efectivamente, el ambiente es muy frío dentro de la tripulación.
La flota avanza a toda velocidad en formación cohesionada hacia unas coordenadas en la periferia del sector. Y, por fortuna, establecen contacto visual. Se trata de siete naves, la mayoría de ellas de los Pioneros de Segaris y de carácter minero. Parece un convoy comercial. Pero hay una corbeta de origen incierto, precisamente la que emite el rastro que la Flota está persiguiendo desde hace semanas. Aunque Kaibu tiene una hipótesis clara del origen de esa nave.
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Collins, confirma la arquitectura de la extraña corbeta -ordena el Teniente mientras la Flota aminora la marcha tras acercarse rápidamente a las naves, intimidante.
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¿Quién va ahí? ¡Un paso más y os convertiréis en comida para moscas espaciales! -amenaza una voz agresiva desde la extraña nave.
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Según nuestras informaciones, es bastante probable que la corbeta sea de origen yaki, Teniente -responde Collins a través del altavoz de la cabina. Sospechas confirmadas, ya que le recuerda claramente al caza Búho Geométrico que patrulla alrededor de su base en Gran Intercambio I.
Todo se precipita a gran velocidad. El capitán que lidera el convoy pionero solicita ayuda a la Flota y atacan con sus precarias armas a la nave yaki, soltando a la vez la carga de sus bodegas. El pirata, por su parte, abre fuego contra la Kioneer e inmediatamente Kaibu ordena por radio a toda la flota acabar con ella.
Los capitanes de la Flota Sombra asienten por radio y las naves comienzan a disparar a la corbeta hostil. Todo parece que va a acabar pronto cuando la nave pirata pide refuerzos y aparecen de inmediato seis cazas y una corbeta xenon.
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¡Copiad mi objetivo! -exclama Kaibu por radio, ordenando concentrar el fuego de la Flota en un mismo enemigo para aumentar la eficiencia.
Tras acabar con el líder, fíjame a los objetivos más cercanos -le pide a la Capitana Santiago, que responde afirmativamente a su izquierda.
El Protectorado es una fuerza dominante y su armada está preparada para lidiar con pequeñas amenazas dentro de sus fronteras. Y hoy es una muestra de ello. En poco tiempo, la nave pirata yaki explota por el fuego intenso de la Flota Sombra, acabando con los tripulantes que hubiera en su interior. Una a una, las diferentes naves de origen xenon van siendo confrontadas y destruídas. Kaibu se pregunta si es la IA quién las gobierna o en su interior hay individuos cuya existencia se acaba hoy.
Con una estela de fuego y una explosión final, la última de las naves hostiles estalla y esta amenaza pirata se convierte en un problema del pasado. La Capitana Santiago confirma que no existe ya riesgo y el Teniente le cede de nuevo el asiento de pilotaje de la corbeta, pidiendo un informe de daños a la Flota.
Los Capitanes informan por radio del estado de sus naves y, claramente, la que peor ha salido parada es el Trueno Aterciopelado.
Teniente, estamos vivos de milagro. Este caza necesita una reparación urgente, hemos sido pantalla del resto de la Flota -indica el Capitán Klaus Adegboye.
Para la próxima operación necesitamos más escudos. ¿Puede ordenarle a Collins que nos facilite su optimización de escudos, para la seguridad de todos? -requiere.
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De acuerdo. Collins, échale una mano cuando estemos en suelo firme con ello -comenta Kaibu sin apartar la vista del radar, observando las naves pioneras a las que acaban de salvar.
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Teniente, ya lo hice en NLG-781. Corresponde a su ingeniero Takamoto en aplicarla y gestionarlos de la manera más adecuada -se escucha replicar a Collins. Su tono es particularmente neutro y comedido para su habitual deje ácido, lo cual llama la atención de Kaibu.
Pero estos pensamientos se ven interrumpidos por el agradecimiento del líder minero, que solicita ayuda para recoger toda la carga soltada durante el combate, ya que han perdido alguna nave y les falta capacidad de bodega. Kaibu accede, lo cual le permitirá revisar de manera rutinaria lo que los pioneros transportaban.
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Teniente, con su permiso… -se escucha decir a Adegboye por el altavoz de la cabina.
¿No es un poco extraña la actitud de esta flota minera? Son naves recolectoras de minerales, pero en esta parte del sector solamente se obtiene gas. Además… ¿por qué han soltado la carga durante el combate? No tiene sentido…
El Teniente sopesa las palabras de Adegboye, las cuales juzga bastante razonables. Hay algo que no está del todo claro en esta situación. Kaibu se pregunta si quizás estos pioneros están ocultando algo. Y concluye que vale la pena hacer seguimiento de la situación, ya que no hay nada que reclame la atención de la Flota Sombra en otro lugar.
Tras pedir abrir comunicación con los mineros, Kaibu les informa:
Capitán de la flota pionera Sabiduría de los Pinos, vamos a escoltarles hasta su estación espacial de referencia por seguridad. Terminen de recoger su carga y partamos.
No pasa mucho tiempo hasta que todas las naves, tanto el convoy minero como la flota terráquea, están franqueando la puerta de salto hacia el sector Triunfo de Brennan. El destino es una estación espacial pionera dedicada a la producción y comercialización de estimulantes. El capitán minero se ha mostrado agradecido y servicial en todo momento. Pero, una vez atracados y descargando el cargamento, el Teniente le pide que le indique quién es el Oficial de Aduanas relacionado con esta carga y el capitán responde algo nervioso. Al instante, Kaibu se encamina a paso rápido a las oficinas de la estación en busca de Tamatha Shani.
La conversación con la Oficial escama aún más a Kaibu. Al revelar el Teniente el ataque de los yaki, Tamatha se pone visiblemente nerviosa y da las gracias. Ante el ofrecimiento del Teniente de lidiar con los piratas que acosan a las naves de la estación, la mujer cambia de tema ofreciendo una compensación por haber salvado este cargamento. Definitivamente, Kaibu se convence que está ocurriendo algo aquí.
Así que Kaibu decide presionar a la parte más débil de la cadena: los pilotos. Busca al capitán en los muelles de carga y allí es informado de que ha subido con otros a uno de los bares de la estación. El Teniente no tarda mucho en localizarlos, descansando tras la aventura pirata con una bebida en mano por separado. Eso ayuda a Kaibu, que se dedica a fingir que también está pasando el rato, relacionándose con unos y otros. Las preguntas adecuadas, la escucha y observación atenta y el objetivo claro de desvelar lo oculto dan sus frutos. Con las sospechas claras de que ese convoy iba a comerciar con los piratas, acusa al capitán minero y le amenaza con arrestarle, así que éste no duda en confesar y delatar a la Oficial Tamatha de tener una red de contrabando con los yaki.
Por desgracia, cuando el terráqueo vuelve a las oficinas de aduanas, la criminal ha huido. El Teniente pone en guardia a la Flota Sombra mientras exige a control de estación que informe si Tamatha sale de las instalaciones. Se le indica que justo está abandonando la estación, lo cual provoca que Kaibu salga corriendo hacia los muelles.
En cuestión de minutos, la Flota Sombra está persiguiendo a la pequeña nave exploradora en la que la Oficial de Aduanas huye. No es rival para las naves del Protectorado y el Teniente le exige que se entregue por radio, pero la criminal se niega. Aunque, en lugar de derribarla directamente, Kaibu decide seguirla y ver a dónde se dirige.
En poco tiempo, la nave intenta esconderse en un gran asteroide modificado, una discreta guarida en la que la Oficial intenta refugiarse. Pero, tras un último aviso ignorado, Kaibu sopesa que es mejor que no se meta en la madriguera. La nave de la criminal estalla cuando la Flota Sombra dispara todos sus torretas y láser de pulsos contra el objetivo, acabando con la vida de la fugitiva.
Pero han logrado localizar un lugar que, posiblemente, sea un refugio para las actividades criminales relacionadas con los yaki. Tras inspeccionar desde todos los ángulos el asteroide, determinan que no hay defensas activas pero que solo se puede acceder con una pequeña nave por una pequeña apertura. El Teniente decide dejar al mando del perímetro exterior a la Capitana Santiago a bordo de la Kioneer, mientras él mismo toma los mandos de su viejo conocido caza Gla-Kai.
Con su traje espacial cambia de nave, encontrandose con la nueva tripulación que ha sustituido a Mailli Santiago y Yorimi Collins. La voluntariosa Capitana Gita Patil y la distante ingeniera Gita Oshiro le saludan y se ponen a sus órdenes, cediéndole el control de los mandos de la nave.
Con extremas precauciones, la Gla-Kai se interna en el interior de la madriguera pirata. Tiene diversos sistemas de seguridad, pero nada que una fuerza del Protectorado no pueda destruir. Al cabo de un rato, el lugar está asegurado: no hay nadie ni tampoco hay sistemas de seguridad activos. Y, aunque no es un almacén donde puedan encontrar cargamento listo para ser traficado, sí que han encontrado lo que seguramente Tamatha venía a hacer aquí. En el hangar interior una pequeña nave de arquitectura yaki se encuentra lista para ser usada.
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Flota Sombra, buenas noticias desde dentro de este agujero. Hemos conseguido un caza yaki intacto. A buen seguro que al Alto Mando del Protectorado le va a gustar desentrañar los secretos que puede contener esta rareza sobre los yaki. ¡Enhorabuena por vuestro trabajo! -informa el Teniente por radio a sus subordinados. Las respuestas al otro lado de la radio son de alegría y orgullo.
Poco después de una hora la Flota Sombra, junto con la nave yaki, están saliendo de la estación pionera habiendo informado de las actividades criminales de la Oficial de Aduana. Kaibu pilota el botín obtenido, recordando cuando estuvo pilotando otra nave similar a espaldas del Protectorado, el Búho Geométrico. En aquella ocasión, Kaibu extrajo información muy sensible del Protectorado para entregarla a los Pioneros de Segaris, algo que si se revelara, sería su sentencia de muerte. Por fortuna, aquella historia salió bien y el Búho Geométrico patrulla la secreta Base Hariken, muy lejos de los sectores del Protectorado.
La mente del Teniente vuelve al presente. Al margen de las acciones que tomen los Pioneros de Segaris, el Protectorado va a recibir un informe detallado de toda esta operación junto con la entrega de la nave capturada. Kaibu está seguro que este éxito le va a dar puntos de cara a la jerarquía dentro de las Fuerzas Aéreas del Protectorado. Y, espera, le pueda dar un tiempo de permiso que le permita seguir gestionando encubiertamente la Base Hariken.